El Guadiana integra tres comunidades autónomas, Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía, en un proyecto común.
22 March 2011
Naciones Unidas decidió dedicar la conmemoración de 2011 a los abastecimientos urbanos, aunque debemos extenderlo al conjunto del abastecimiento humano.
Es el Guadiana un río que vertebra países y que construye proyectos comunes ibéricos y europeos. Un río del que beben más de 500.000 personas en Portugal y en torno a 1.600.000 en España. Un río mestizo y transfronterizo sobre el que debemos reflexionar y planificar de modo integrado e integral, pensando de forma compartida y coordinada.
El viejo Anas cohesiona territorios en un proyecto común de país y Estado configurado por territorios que articulan y enriquecen cada parte y el conjunto de España. Parece evidente, pero no hay que dejar de recordar que tres Comunidades Autónomas --Andalucía, Castilla-la Mancha y Extremadura-- que han contribuido notablemente al desarrollo y la transformación de España, sienten las aguas del Guadiana. Territorios y sociedades con sus particularidades y peculiaridades en una misma cuenca, en un mismo país y en un mismo proyecto común.
XTAMPOCO HAYx que olvidar que, en algunos bordes de nuestra cuenca, las divisorias del Guadiana parecen estar cosidas con otras cuencas. Y esas costuras son precisamente para dotar de agua para abastecimiento a pueblos y ciudades, para resolver las necesidades de la sociedad, para seguir haciendo habitable y sostenible el territorio. En unos casos serán poblaciones de nuestra cuenca las que sean auxiliadas y reciban aguas del Guadalquivir o del Tajo; en otros casos serán estas mismas cuencas las que reciban las vitales aportaciones del Guadiana.
Los abastecimientos de hoy son apuestas solidarias para el futuro. Es un claro ejercicio de solidaridad intergeneracional, porque asegura el asentamiento de la población, su desarrollo y transformación. Los abastecimientos a los espacios urbanos son una muestra más de la cohesión social e interterritorial que propicia el agua. Demasiadas veces las zonas rurales fueron escasa o nulamente consideradas por sectores urbanos; sin embargo, esas zonas rurales proporcionaron mano de obra, recursos, materias primas y también lo más valioso y vital: agua para beber y vivir.
El agua para los abastecimientos no es sino una parte de un ciclo integral e integrado, que debe verse con una perspectiva de cuenca hidrográfica y sin olvidar lo que ocurre en las colindantes.
El uso para el abastecimiento no puede entenderse sin las aguas superficiales y subterráneas, sin las lagunas naturales y los embalses creados por el ser humano, sin los cursos de agua, permanentes o intermitentes. Los abastecimientos no pueden entenderse sin otros usos posibles del agua: ganaderos y agrícolas, de secano o regadío, industriales o energéticos, lúdicos, de ocio o de salud. Unos usos que, gracias al agua, permiten la diversificación de la economía rural y urbana, proporcionando oportunidades a sociedades y territorios.
Los abastecimientos, urbanos o rurales, y la multiplicidad de usos del agua no pueden entenderse si no es bajo los criterios de la sostenibilidad. Hay que pensar sobre las aguas --superficiales y subterráneas-- en términos de cantidad, calidad y buscando alcanzar el buen estado de las masas de agua. Un buen estado que tiene que ver con la biodiversidad, con la hidromorfología de cauces, con la preservación de los ecosistemas y con el mantenimiento de valiosos espacios protegidos y humedales.
El 22 de marzo, es uno de los 365 días que debemos dedicar al agua, a comprometernos con su uso eficiente y sostenible, a utilizarla como un elemento de transformación y oportunidad y a considerarla como un referente de calidad territorial. El agua es, en suma, un instrumento para practicar y construir a diario, y en todos los territorios, el diálogo, el entendimiento y la paz.
Eduardo Alvarado, Presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana.