Los 19 municipios que componen la comarca de Sierra Grande - Tierra de Barros suman una extensión de 137.340,03 ha., existiendo grandes diferencias de tamaño entre ellos. De este modo, encontramos municipios como Hornachos (29.594 ha.), Oliva de Mérida (25.451 ha.) o Ribera del Fresno (18.562 ha.) como los más extensos de la comarca, frente a otros de mucho menor tamaño como es el caso de Entrín Bajo (974 ha.).
Analizando pormenorizadamente los datos sobre distribución de las tierras municipales pertenecientes al Censo Agrario de 2009, comprobamos cómo Sierra Grande-Tierra de Barros posee un alto potencial productivo dado el elevado porcentaje de tierras labradas sobre el resto. En términos absolutos, la superficie total de tierras labradas en la comarca supone 106.063,65 ha., un 72,09%, porcentaje muy elevado si lo comparamos con la media nacional (50,22%).
El 77 % del territorio está ocupado por zonas agrícolas y un 20 % por bosques y áreas semi-naturales. La alta proporción de suelo agrícola se traduce en una fuerte ocupación y uso de territorio. Del resto del territorio comarcal, un 0,42 % corresponde a superficies artificiales y el 2,02 % por superficies de agua.
El sector primario está muy presente en la actividad económica de Sierra Grande - Tierra de Barros. Este ha sido y continúa siendo uno de los principales ejes vertebradores de la economía del territorio. Sus características tanto físicas, como edafológicas y climáticas, han permitido el cultivo de lo que conocemos como trilogía mediterránea: vid, olivo y cereal; sin olvidar la importancia que ha ido adquiriendo el frutal en el paisaje agrícola comarcal y la ganadería de las franjas noreste y este (Oliva de Mérida, Alange, Puebla de la Reina, Hornachos,…)
Por estos motivos, la estructura productiva de la comarca continúa mostrando una fuerte especialización en la agricultura. Una agricultura cada vez más apoyada en el desarrollo de una importante industria agraria transformadora, la cual incide directamente en las producciones agropecuarias que en los últimos años han conseguido altas cotas de comercialización a nivel nacional e internacional, en mayor o menor medida, potenciadas por el auge cooperativista como creador de sinergias comerciales.
Estableciendo una comparativa comarca – región, comprobamos cómo las tierras de la comarca ocupadas por cultivos leñosos de secano (vid y olivo fundamentalmente) superan con creces a la misma tipología de ocupación en el total regional (45% frente a un 10,76%) lo cual es un claro indicativo de la importancia de estos dos cultivos en la comarca.
Debido al carácter de secano derivado fundamentalmente de las condiciones climatológicas, el aprovechamiento de las tierras para su uso en regadío en la comarca es minoritario.
Pese a contar con los embalses de Alange, Los Molinos (Hornachos) y Villalba de los Barros, el aprovechamiento de sus aguas para el regadío no es posible aún al carecer la comarca de la infraestructura necesaria para tal fin. No obstante, existen explotaciones que aprovechan las aguas subterráneas mediante la construcción de pozos de riego para la puesta en regadío de cultivos leñosos sobre todo.
Podemos afirmar que el paisaje comarcal, y la explotación de sus tierras, responde a una tipología de secano, centrándose fundamentalmente en dos cultivos leñosos como la vid y el olivo que acaparan algo menos de la mitad de la superficie aprovechable, dibujando un paisaje de explotaciones muy humanizado y bien definido.
En el conjunto de la comarca, la suma de los terrenos dedicados a viñedos (34,06%) más los dedicados a olivar (29,54%) suponen el 63,60% (67.451,14 ha.) de las tierras labradas frente al 35,58% (37.738,62 ha.) de los cultivos herbáceos, lo que se traduce en un claro predominio del binomio vid-olivo. Sin embargo, existe una dicotomía este-oeste:
o La zona de Tierra de Barros con una clara dedicación oleovinícola con municipios como Aceuchal, en el que el 90,82% de sus tierras labradas son viñedos y olivos, mientras que los cultivos herbáceos suponen para el municipio tan solo un 8,93%.
o Y la zona de la Sierra Grande y el río Matachel, mucho más cerealista, con municipios como Palomas, en el que los cultivos herbáceos suponen el 87,87% de sus tierras labradas frente al 11,93% de tierras dedicadas a viñedos y olivares.
En lo que respecta al tamaño de las explotaciones de la comarca, resulta evidente el predominio de la pequeña explotación, es decir, aquellas cuya extensión estaría dentro del rango que va de 0,1 ha. a 5 ha., y que suponen el 36,59 % del total de la comarca. Pese a ello, y estableciendo una comparación de los datos censales de 1999 y 2009, podemos afirmar que la tendencia actual es el crecimiento de las explotaciones de mayor tamaño, puesto que se ha pasado de tener un 45,96 % de explotaciones de entre 0,1 a 5 ha. en 1999 a un 36,59 % en 2009.
Esta situación se traduce en que el diferencial parcelario entre ambas fechas (9,37 %) se ha redistribuido en explotaciones de mayores dimensiones, lo cual se corrobora con la reducción del número de explotaciones en el mencionado período intercensal, pasando de 6.024 en 1999 a 4.550 en 2009.
La comarca tiene 4.395 titulares de explotaciones censados en 2009, lo que supone una reducción de 784 titulares con respecto a 1999. La mayor parte de los titulares tiene más de 55 años, un 59,6% en el caso de la comarca, lo que supone un aumento del 5,6% si se compara con las cifras de 1999, año en el que existía un 54% de titularidades de mayores de 55 años, lo cual se traduce en un progresivo envejecimiento de los titulares en el ámbito comarcal. Las cifras comarcales de 2009 se asemejan a la situación tanto provincial (59,39%) como nacional (60,87%).
En cuanto al grupo de 35 a 54 años, estos suponen un 33,95% en la comarca. Cifras semejantes encontramos a nivel provincial (34,80%) y nacional (34,46%).
Las cifras de titulares menores de 34 años (6,46%) están en la media tanto de la provincia (5,81%), como nacional (4,67%).
La masculinidad de las explotaciones resulta obvia a la vista de los datos de 2009. El 77,52% de los titulares de explotaciones de la comarca Sierra Grande-Tierra de Barros son hombres, un 7,99% superior a la media nacional que se sitúa en el 69,53% y un 3,05% superior a la media provincial que es de 74,47%.
En resumen, la agricultura comarcal tiene como base su alto potencial agrícola, con un porcentaje de ocupación de sus tierras labradas (72,09%) muy superior a la media nacional (50,22%). Este potencial es aprovechado para el cultivo de la denominada trilogía mediterránea: olivo, vid y cereal, con mayor relevancia de los cultivos leñosos al que se asocia una importante industria agraria transformadora.
En el conjunto comarcal se distinguen dos zonas: una al Este (Sierra Grande) con mayor predominio ganadero, cerealístico y de espacios naturales, y un Oeste (Tierra de Barros) con una clara dedicación oleovinícola.
En lo referente a las explotaciones agrícolas, se contempla una reducción de estas, pasando de 6.126 en 1999 a 4.550 en 2009 (descenso del 25,73%), tendencia semejante al conjunto nacional y autonómico. Predomina la pequeña explotación de 0,1 a 5 ha. (36,59%), aunque se observa un cambio de tendencia al observar cómo se han reducido estas con respecto a 1999 (45,96%). Dicho diferencial ha ido a concentrarse en las de mayor tamaño. La mayoría de dichas explotaciones se encuentran en régimen de propiedad, aunque con respecto a 1999 se observa una disminución del 5,12% en favor de otros regímenes.
El envejecimiento del campesinado es obvio al comparar las cifras de titulares de explotaciones en ambos censos. En la actualidad el 59,6% del campesinado tiene más de 55 años, lo que supone un aumento de este grupo del 5,6% con respecto a 1999.
En cuanto a la ganadería predomina la cabaña ovina y porcina, seguida a bastante distancia de bovinos, aves, caprinos y equinos con cifras semejantes en ambos censos.