De un cruce de caminos nació La Corte, nombre con el que se conoce popularmente a la villa. De la encrucijada entre los caminos de Solana a Barcarrota y de Villalba a Badajoz surgió Corte de Peleas, que debido a su escasa población recibiría el apelativo de Cortecilla con que en ciertos momentos resultó conocido.
Aparece y desaparece del mapa a causa de las innumerables contiendas sufridas por sus habitantes que la abandonan durante varios períodos de la historia.
Se tiene casi la certeza que en sus aledaños existía la aldea llamada de Don Febrero y que despareció en el siglo XVI, según el propio Solano de Figueroa, devorada por las hormigas, termitas deberían de ser. La despoblación era tal que a mediados del XIX tan sólo tenía dos calles formadas por 12 casas y 16 chozas habitadas por los "cortesanos" curioso nombre que reciben sus habitantes que hoy por hoy suman poco más de1.300.
El primitivo templo de Santa María Egipcíaca, obra de estilo rural del siglo XVI, que fue derribado hace unos años, constituía junto con la Fuente Vieja y el Pozo de la Negra el núcleo poblacional. Enfrente se construyó otra iglesia de arquitectura moderna, más amplia. Se trata ésta de realización encalada de atractiva presencia, con torrecilla angular, bien integrada en la recoleta placilla en la que también se sitúa el Ayuntamiento.
Otras construcciones cercanas de factura actual patentizan igualmente la evolución experimentada por la localidad en los últimos tiempos.
Un testimonio histórico de interés, cercano al Pozo de la Negra, es la lápida con inscripción, de leyenda desconocida pues se encuentra boca abajo.
Las fiestas de La Corte tienen lugar en las fechas siguientes:
19 de marzo: Romería de San José
4 de mayo: La Cruz
La gastronomía es la de la zona-migas, pistos, gazpacho, caldereta...y los dulces caseros. Los visitantes pueden encontrar alojamiento en las vecinas localidades de Almendralejo y Santa Marta de los Barros.
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